La desigualdad representa relaciones de poder injustas, resultado de
procesos de acumulación y apropiación, que impiden la existencia de condiciones dignas para la mayoría de la sociedad. Históricamente la economía ecuatoriana no es ajena a este fenómeno, nuestro modelo se construye desde la discriminación y la generación de desequilibrios entre pequeños sectores. Se trata, de un modelo afianzado en una matriz racista y machista que debe ser reformado integralmente.
Publicación conjunta por FES-ILDIS y el Instituto de Investigaciones Económicas con la autoría de Andrés Mideros Mora y Nora Fernández Mora.